vv.1 • • • 5 • • • • 10 • • • • 15 • • • • 20 • • • • 25
1P 2:1 Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresías, envidias, y toda maledicencia,
1P 2:2 desead, como niños recién nacidos, la leche de la palabra dada sin engaño, para que por ella crezcáis para salvación,
1P 2:3 si es que habéis gustado lo bueno que es el Señor.
1P 2:4 Acercándoos a Él, piedra viva, desechada por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa,
1P 2:5 vosotros también, como piedras vivas, sois edificados como casa espiritual hasta ser un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.
1P 2:6 Por lo cual también contiene la Escritura: “He aquí, pongo en Sion una piedra angular, escogida, preciosa; y el que cree en Él, jamás será avergonzado”.
1P 2:7 Para vosotros, pues, los que creéis, Él es lo más preciado; pero para los que no creen, “la piedra que los edificadores desecharon, ha venido a ser la cabeza del ángulo”;
1P 2:8 y: “Piedra de tropiezo, y roca de escándalo”, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; para lo cual fueron también puestos.
1P 2:9 Mas vosotros sois un linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anunciéis las virtudes de Aquel que os llamó de las tinieblas a Su luz admirable;
1P 2:10 vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no se os había concedido misericordia, pero que ahora se os ha concedido misericordia.
1P 2:11 Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma,
1P 2:12 manteniendo excelente vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al ver con sus propios ojos vuestras buenas obras.
1P 2:13 Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior,
1P 2:14 ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien.
1P 2:15 Porque ésta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos;
1P 2:16 como libres, pero no como los que tienen la libertad como capa para hacer lo malo, sino como esclavos de Dios.
1P 2:17 Honrad a todos. Amad a la hermandad. Temed a Dios. Honrad al rey.
1P 2:18 Criados, estad sujetos en todo temor a vuestros amos; no solamente a los buenos y comprensivos, sino también a los perversos.
1P 2:19 Porque esto es gracia, si alguno por tener conciencia de Dios sufre aflicción padeciendo injustamente.
1P 2:20 Pues ¿qué gloria es si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto es gracia delante de Dios.
1P 2:21 Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por vosotros, dejándoos un modelo, para que sigáis Sus pisadas;
1P 2:22 el cual no cometió pecado, ni se halló engaño en Su boca;
1P 2:23 quien cuando le injuriaban, no respondía con injuria; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba todo a Aquel que juzga justamente;
1P 2:24 quien llevó Él mismo nuestros pecados en Su cuerpo sobre el madero, a fin de que nosotros, habiendo muerto a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.
1P 2:25 Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Guardián de vuestras almas.
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